Puntos Importantes

Durante mucho tiempo, se pensaba en el cáncer peritoneal como una enfermedad muy rara. Esta percepción puede todavía ser cierta para subtipos específicos de cáncer peritoneal, como el mesotelioma maligno y el pseudomixoma peritoneo (PMP). Sin embargo, cada año, cientos de miles de pacientes alrededor del mundo son diagnosticados con cáncer peritoneal originado a partir de un tumor primario localizado en otra parte del cuerpo, como son el cáncer de colon, cáncer gástrico o cáncer de ovario.

1:1 millón Subtipos raros

El mesotelioma maligno y el pseudomixoma peritoneal son subtipos raros de cáncer peritoneal, los cuales afectan aproximadamente una o dos personas por millón cada año.

10 - 30%

Causas comunes de cáncer peritoneal El cáncer peritoneal por cáncer de colon es mucho más común: Al menos 10% de los pacientes con cáncer de colon desarrollarán cáncer peritoneo en algún punto de su enfermedad. Para cáncer gástrico, este porcentaje es incluso mayor, con un estimado tan alto como el 30% de los pacientes. A nivel mundial, cientos de miles de pacientes desarrollarán cáncer peritoneal cada año como resultado de un tumor en algún otro lugar del cuerpo.

6 semanas

Seis semanas - seis meses: Expectativa de vida Si se deja sin tratamiento, el tiempo de sobrevida media para los pacientes con cáncer peritoneal puede ser tan corto como seis semanas en quienes tienen cáncer de páncreas o seis meses para los pacientes con cáncer de colon. El tiempo de sobreviva puede ser considerablemente mayor el tratamiento adecuado es proporcionado.

¿QUÉ ES EL CÁNCER PERITONEAL?

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Todos los órganos de la cavidad abdominal – tales como el estómago y el intestino – y la pared abdominal se encuentran cubiertos por una capa delgada de células. Esta capa es denominada “la línea peritoneal” o “el peritoneo”. Desafortunadamente, el peritoneo puede ser invadido por células malignas. Esta condición es más comúnmente referida como “cáncer peritoneal”, pero también ha sido llamado malignidad de la superficie peritoneo (“PSM”), carcinomatosis peritoneal, metástasis peritoneo o pseudomixoma peritoneo (“PMP”). Tres diferentes orígenes posibles En el cáncer peritoneal, hay tres diferentes orígenes potenciales para las células malignas. En primer lugar, el cáncer puede originarse de las denominadas células mesoteliales que componen el peritoneo, lo cual resulta en un muy raro tipo de cáncer llamado “mesotelioma maligno”. La segunda (y también rara) fuente de células cancerígenas es un tumor productor de moco, el cual es más frecuentemente situado en el apéndice. Este tumor puede romperse al crecer, y la ruptura diseminar células productoras de moco hacia el abdomen. Eventualmente el abdomen se llena de moco, lo cual conduce a una condición conocida como pseudomixoma peritoneal (PMP) Finalmente – y siendo la más común – el cáncer peritoneal se origina de células cancerígenas que son esparcidas por un tumor primario en otro sitio del cuerpo. Las células viajan al peritoneo e inician a crecer en la superficie peritoneal. Casi cualquier tumor primario en el cuerpo puede causar esta enfermedad, pero los órganos abdominales, como son el colon, el estómago y los ovarios, son los órganos más comunes de origen. Típicamente las células malignas irán multiplicándose y formarán pequeños nódulos tumores ( entre 2 a 5mm) sobre el peritoneo. Sin embargo los tumores más grandes no son raros, y algunas veces, conglomerados voluminosos de nódulos pueden desarrollarse en estadios avanzados. Los nódulos del cáncer peritoneal pueden presentarse en cualquier lugar de la cavidad abdominal, pero los sitios más comunes incluyen el diafragma derecho, la pelvis pequeña, el omento y la superficie intestinal.

Incidencia de cáncer peritoneal

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El cáncer peritoneo es difícil de diagnosticar, especialmente porque con frecuencia no es posible detectarlo mediante estudios de imagen. Como resultado, la incidencia de cáncer peritoneal, ha sido subestimada, y ha sido considerada como una enfermedad muy rara. Incluso hoy día, los índices de incidencia reportados de cáncer peritoneal, varían ampliamente, pero una mayor concientización ha conducido al incremento en la incidencia reportada de cáncer peritoneal en los estudios más recientes. Sin embargo, la incidencia “real” es potencialmente más alta debido a que los estudios de autopsia han encontrado metástasis peritoneo indefectible en muchos pacientes con cáncer. El mesotelioma maligno es una enfermedad verdaderamente rara puesto que se diagnostica en paróximadamente uno a tres pacientes por 1,000,000 de personas por año. La enfermedad es tres veces más común en hombres comparada con mujeres, y el riesgo de desarrollar la enfermedad incrementa con la edad. El mesotelioma maligno es principalmente diagnosticado en personas de 60 años en adelante, aunque pacientes más jóvenes han sido descritos. Se espera que el número de pacientes se incremente en los próximos años debido a exposición a asbestos. El pseudomixoma peritoneal (PMP) es otro subtipo raro de cáncer peritoneal. Estudios de la incidencia del PMP se han visto obstaculizados por dificultades en la definición y nomenclatura de esta enfermedad. La mayoría de reportes sugieren que la incidencia de PMP es de de uno a dos pacientes por 1,000,000 de personas por año, y la incidencia de PMP ligeramente mayor en mujeres que en hombres. En contraste al mesotelioma y al PMP, el cáncer peritoneal que se origina de un tumor maligno en un sitio distinto del cuerpo es mucho más común y afecta a cientos y miles de pacientes cada año. Esta forma de cáncer peritoneal debe ser considerada como una enfermedad mestastásica del tumor primario. De ahí que, esta forma sea con frecuencia referida como “metástasis peritoneal”. Virtualmente, cada tumor primario en el cuerpo humano puede causar cáncer peritoneal, pero los tumores del tracto gastrointestinal y los ovarios en las mujeres son, por mucho, las fuentes más comunes. Se piensa que al menos 10% de los pacientes con cáncer de colon desarrollarán cáncer peritoneal durante su enfermedad. Los pacientes con cáncer gástrico tienen inclusive una incidencia mayor de cáncer peritoneal, la cual se piensa sea de aproximadamente un 30% de los pacientes. Información más detallada de la incidencia de subtipos específicos puede ser encontrada en la “Base de Conocimientos”

Síntomas de cáncer peritoneal

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En estadios tempranos, el cáncer peritoneal puede no causar ningún síntoma. Frecuentemente, el cáncer peritoneal es incluso descubierto como hallazgo durante una cirugía por un tumor primario. Aún durante la etapa asintomática, la enfermedad puede ya encontrarse ampliamente diseminada y avanzada, lo cual apoya su reputación de cáncer peritoneo como un “asesino silencioso”. Cuando los nódulos comienzan a crecer sobre la superficie intestinal, pueden provocar obstrucción progresiva del tracto intestinal. Esta obstrucción puede resultar en una molestia incómoda del abdomen, pérdida del apetito y el peso, nausea y constipación. De forma adicional, síntomas inespecíficos, como cansancio y dolor, pueden ocurrir. La Carcinomatosis peritoneal puede también resultar en el acumulo de grandes cantidades de líquido acuoso en la cavidad abdominal. Este fenómeno se conoce como “ascitis maligna” y eventualmente resulta en una cavidad abdominal crecida. Para el pseudomixoma peritoneal, la ascitis típicamente consiste de moco, de ahí que el nombre de “abdomen gelatina” sea algunas veces utilizado para describir este subtipo específico. La ascitis puede causar síntomas similares a aquellos de la obstrucción intestinal, pero la ascitis puede también conducir a acortamiento de la respiración debido a opresión pulmonar. La obstrucción intestinal completa, resultando en vómito, dolor abdominal y la incapacidad para comer y beber, es con frecuencia un síntoma severo y tardío del cáncer peritoneo y puede resultar en el rápido deterioro de la condición del paciente.

Diagnóstico de cáncer peritoneal

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El cáncer peritoneo es usualmente muy difícil de diagnosticar, pero puede descubrirse durante el examen o tratamiento quirúrgico del tumor primario o cuando un paciente desarrolla síntomas relacionados al conocer peritoneal. No existe un examen especifico que se considere ideal para el diagnóstico de cáncer peritoneal. La mayoría de las veces se requieren varios de estos. Estos abordajes usualmente incluyen lo siguiente: EXAMEN FÍSICO – Algunas veces los nódulos tumores peritoneales o la ascitis pueden ser detectados durante la exploración física del abdomen, pero esto típicamente ocurre sólo en casos avanzados. DETECCIÓN DE MARCADORES TUMORALES – Estos son estudios en sangre que pueden indicar la presencia de un tumor maligno en el cuerpo, pero estos estudios no son muy específicos para la mayoría de los cánceres, especialmente el cáncer peritoneal. Los marcadores tumores más comúnmente utilizados son el Antígeno Carcino Embrionario (ACE) para cáncer de colon, CA 19-9 para cáncer pancreático y CA-125 para cáncer de ovario. ULTRASONIDO – Este examen utiliza ondas de sonido para crear una imagen detallada de la cavidad abdominal en un monitor de computadora. Este estudio es bueno para detección de ascitis, pero usualmente no es suficientemente sensible para detectar cáncer peritoneo o el tumor primario. TOMOGRAFÍA COMPUTARIZADA (TAC) – Este examen radiológico detallado puede revelar la presencia de cáncer peritoneal o ascitis en algunos casos. Desafortunadamente, una TAC no es muy buena para detectar nódulos de cáncer peritoneal, especialmente no en los estadios tempranos de la enfermedad. En general, los nódulos tumorales deben ser al menos de 1cm, lo cual es mayor que el tamaño de los nódulos tumorales típicos en cáncer peritoneal, para ser detectados por TAC PET-SCAN – Este es un estudio que combina la TAC con radiología nuclear (tomografía por emisión de positrones), y es especialmente útil para detectar metástasis fuera de la cavidad peritoneal. De manera similar a lo que ocurre con la TAC, el cáncer peritoneal típicamente no es visualizado por PET. BIOPSIA – Si se sospecha de cáncer peritoneal, una biopsia puede obtenerse. En una biopsia, una pequeña pieza de tejido es removida del cuerpo para su investigación al microscopio. La biopsia puede tomarse después de que el paciente ha recibido anestesia local a través de la piel o durante una laparoscopia cuando el paciente se encuentra bajo anestesia general. Una biopsia puede confirmar la presencia de células cancerígenas en la cavidad peritoneal. Si el tumor primario se encuentra situado en el tracto gastrointestinal, una endoscopia puede ser necesaria par tomar la biopsia del mismo. LAPAROSCOPIA – Cuando se sospecha de cáncer peritoneal, puede llevarse a cabo una laparoscopia. Este procedimiento es especialmente útil para recolección de biopsias de nódulos tumorales y determinar la extensión del cáncer peritoneal. Usualmente, la extensión del cáncer se determina calculando el índice de carcinomatosis peritoneal (ICP). PATOLOGIA – Pequeñas partes del tumor pueden ser removidas y examinadas bajo microscopio. El cáncer puede confirmarse y la agresividad del tumor puede predecirse en base a estas observaciones. Usando técnicas específicas, el origen del tumor puede determinarse, lo cual es especialmente útil en casos en los que la localización del tumor primario es desconocida aún. ENDOSCOPIA – Cuando el tumor primario está localizado potencialmente en el tracto gastrointestinal, un endoscopio puede introducirse por la boca para investigar el esófago, estómago y duodeno (“esofagogastroduodenoscopia”) o a través del ano para investigar el intestino grueso (“colonoscopia”). La capa más profunda del tracto gastrointestinal se visualiza con el endoscopio. La mayoría de tumores gastrointestinales se origina de la capa más profunda y puede detectarse por endoscopia. En adición a la visualización del tumor, biopsias del mismo pueden obtenerse con el endoscopio, lo cual puede ayudar a confirmar la presencia de cáncer y a dirigir el tratamiento posterior.

Opciones de Tratamiento

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No hace mucho, tratar a los pacientes con cáncer peritoneal se pensaba una maniobra inútil. En aquel tiempo, estos pacientes típicamente vivían sólo pocas semanas a meses después del diagnóstico dependiendo la severidad de la enfermedad, condición del paciente y el origen de las metástasis peritoneales. En las últimas dos décadas, esto ha cambiado y muchos hospitales alrededor del mundo ahora ofrecen tratamiento para pacientes selectos con cáncer peritoneal. El tratamiento es retador y requiere profesionales médicos expertos en esta afección peritoneal. El tratamiento óptimo para un individuo depende de muchos factores, incluyendo la edad, condición general, origen y severidad de la carcinomatosis. Idealmente, los pacientes con cáncer peritoneal son evaluados por un equipo multidisciplinario compuesto por un médico oncólogo, un cirujano oncólogo, un radiólogo y patólogo con conocimiento acerca de esta patología. Aún al día de hoy, el tratamiento puede no ser completamente posible para algunos pacientes. Por ejemplo, el tratamiento puede no ser posible en casos muy avanzados en los cuales la condición del paciente no le permita recibirlo. Afortunadamente, alguna forma de tratamiento es posible en muchos pacientes. Generalmente hablando, existen dos estrategias para tratar estos pacientes: Tratamiento con intención paliativa Este tratamiento se enfoca en prolongar la sobrevida y resolver los síntomas del cáncer peritoneal tanto como sea posible, pero no tiene la intención de curar al paciente. Dicho tratamiento puede incluir diferentes aspectos que van desde alivio del dolor y remoción de ascitis hasta tratamiento con quimioterapia sistémica y cirugía para resolver obstrucción intestinal. Lea acerca de tratamiento con intención paliativa Tratamiento con intención paliativa Este tratamiento busca curar al paciente. Este abordaje es típicamente un esfuerzo multidisciplinario combinando quimioterapia sistémica, cirugía extensa para remover todas las células tumores del peritoneo y quimioterapia hipertérmica intraperitoneal (HIPEC) para destruir las células tumorales microscópicas. Nuevamente, los pacientes con cáncer peritoneal deben buscar ayuda de un equipo multidisciplinario con conocimiento específico acerca de su enfermedad siempre que sea posible para terminar su tratamiento óptimo.